Hugo Rolán (Oviedo, 1979) es el propietario, junto con Rubén Fernández, de The Bass Valley, de un espacioartístico pionero y multifuncional, recién inaugurado en Pruvia (Llanera), y que va dirigido a la formación y difusión de la música electrónica. Rolán es también Dj desde el año 2003.
–¿Cómo surgió el proyecto?
–The Bass Valley surgió hace ya más de dos años y ahora vimos el momento ideal y la localización perfecta. La
idea nos vino a la cabeza porque creemos que se ha perdido la parte esencial en esto de la música electrónica, que es la cultura y la educación; estamos saturados de eventos y festivales, pero si no hay interés por la música en
las nuevas generaciones, no llegaremos muy lejos. Además, es esencialmente lo que nos hubiera gustado que
existiese cuando empezamos a interesarnos por la música electrónica hace ya unos cuantos años.
–¿Se inspira en algún modelo que hayan visto en el exterior?
–No, no nos parecemos a nadie, ni nos inspiramos en nada en concreto.
–El coordinador de los cursos, Luis Rozalén (HD Substance), quiso evitar en la presentación términos tradicionales como ‘escuela’, ‘profesor’, ‘alumno’… ¿A qué se refería?
–Pues sí, es un poco nuestro ‘leitmotiv’: no somos una academia, ni una escuela, queremos que The Bass Valley
sea un lugar donde no paren de pasar cosas, un centro de reunión para amantes de la electrónica. No solo hay
cursos, tenemos ‘streaming’, feria de vinilo, mercadillo de segunda mano de equipamientos, charlas, espacio de
‘coworking’… En resumen, queremos que la gente que venga aquí viva una experiencia.
–¿Qué materias formativas se impartirán y quiénes estarán al frente?
–Queremos dar cursos muy concretos, desde iniciación a profesionales que quieren ampliar conocimientos
(mezcla, mastering, composición y arreglo, etc). Entre el profesorado contamos como coordinador con Luis Rozalén
(HD Substance), Undo, Tadeo o Kino Internacional. Y estamos ya cerrando cursos de verano con artistas internaciones, que iremos dando a conocer en los próximos meses.
–Otra idea planteada es que no haya temarios, sino una mera transmisión de experiencias.
–No es que no haya temarios, sino que dejamos a libre elección de los profesores qué es lo que quieren enseñar,
con lo que ellos se sientan realmente a gusto. La experiencia la vemos más en la convivencia, ya que creo que somos
de las pocas academias que proponen este concepto y los únicos en hacerlo en un entorno como este.
–¿De qué equipamiento básico constan el estudio y las aulas?
–El aula consta de ocho puestos completamente equipados con Imac, teclados Arturia, auriculares Sennheiser
y ‘software’ como Ableton Live, Cubase, Logic… Y del estudio no podría enumerar todo el material, pero cuenta
con ‘sintes’ analógicos muy queridos por los amantes de la música electrónica.
–¿Está prevista una modalidad de clases o enseñanzas ‘on line’?
–De momento, no; sí tenemos pensado hacer tutoriales vía ‘streaming’, pero lo importante está aquí y queremos
que sea la parte fuerte del proyecto. Vivir y trabajar en las instalaciones.
–¿Qué prestaciones tendrán quienes elijan el modelo de residencia?
–Además de la oferta formativa, disponemos de cuatro habitaciones dobles para los alumnos y una habitación
para el profesor. Y, lógicamente, les ofrecemos pensión completa. O sea, que además de aprender, sus madres
nos lo agradecerán (risas).
–¿El estudio estará disponible también para los profesionales?
–Sí, de hecho, el estudio es para profesionales, son máquinas delicadas y es importante saber manejarlas. Además,
ofrecemos la opción de alquiler de estudio con alojamiento, pensado para artistas que quieran desconectar y venir
aquí a grabar, producir o mezclar sus temas.
–¿Qué planes manejan para la zona de ‘streaming’?
–Estamos cerrando ahora el calendario. De momento, nos acaba de confirmar Iván Smagghe que estará con nosotros el 19 de marzo y habrá alguna otra sorpresa que esperamos confirmar en breve.
–¿Y cuál es la idea para la planta superior de trabajo compartido?
–Buscamos gente y profesionales que puedan generar sinergias, profesionales de la música, eventos, comunicación,
diseño… sería lo ideal para alimentarnos unos de otros.
–¿Los precios serán asequibles?. ¿Puede adelantar algo de las tarifas?
–Preferimos que los interesados contacten con nosotros y darles la información. Hay muchas propuestas y no
se podría hacer una valoración a la ligera, pero adelanto que son precios más que asequibles tanto para cursos
como para espacio de trabajo.
–Se instalan en Asturias, una de las cunas de la electrónica en España, pero supongo que su idea es que tenga una proyección, como mínimo, nacional.
–Sí, por eso pensamos en el proyecto con alojamiento; creemos que la localización es perfecta, pero debe nutrirse
de público de toda España y también de otros países.
–¿Qué opiniones han escuchado en estos primeros días por parte de los profesionales?
–A todos, o a casi todos, les ha parecido algo necesario y un proyecto muy original y con muchas posibilidades.
–¿Cómo ve el panorama actual de la música electrónica en general, y en Asturias en particular?
–Muy mal, la verdad, y eso ha sido una de las razones que nos animó a crear este proyecto. Como decía antes, si no
hay educación, ni se consigue un interés del público por la música, la cosa no llegará muy lejos. En Asturias venimos
de ser un referente en música electrónica, donde miles de ‘clubbers’ salían cada semana y, hoy en día, quedan cuatro sitios contados donde poder escucharla y cada vez con menos público. Pero, bueno, siempre hemos sido muy tercos y creo que todavía hay mucho por hacer. Hay luz al final del túnel; de hecho, tanto LEV como Aquasella son festivales referentes a nivel nacional e internacional, cada uno en su estilo.
–La madurez de muchos artistas asturianos como Dj’s y productores coincide con esa pérdida notable de asistencia a las fiestas.
–Sí, eso es una realidad, siempre hemos valorado más lo de fuera que lo de aquí. Yo me estoy sorprendiendo
cada día más de los grandes artistas que tenemos en nuestra tierra. No voy a nombrarlos, porque seguro que
se me olvida alguno y para qué queremos más (risas).