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Pet Shop Boys: la banda más cool del planeta en Gijón

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pet shop boys en directo Pet Shop Boys: la banda más cool del planeta en Gijón

Pet Shop Boys en un concierto

Un museo de Washington dedicó hace unos meses una singular exposición a tratar de desentrañar el manoseado concepto de lo ‘cool’. Y la conclusión resultante contenía estos ingredientes: alguien que posee una visión artística original y estilo personal; rebeldía y transgresión; poder icónico y dejar un legado cultural reconocido. No hallamos, pues, mejor adjetivo para definir al dúo británico Pet Shop Boys, que actuará este viernes 1 de agosto (22.30 horas. 29 y 35 euros) en el patio de la Laboral, de la mano de Mestizo Producciones, catorce años después de su fulgurante paso por el Doctor Music de La Morgal.

Que los londinenses son una banda con voz propia no lo cuestionarían ni sus detractores. Los chicos de la tienda de mascotas –nombre inspirado en el curro de un coleguilla común– llevan desde 1981 cultivando el género synth-pop y la música disco, salvo contadas excepciones, pero con un estilo elegante, contemporáneo e inimitable.

Neil Francis Tennant, quien frisa la sesentena, y Christopher Sean Lowe, de 54 años, fueron, además, de los primeros en comprender que un directo de masas debe aportar algo más que música. Para ello, no dudaron en recurrir siempre a los mejores profesionales para sus cuidadas producciones escénicas, plagadas de coreografías, performances y visuales estimulantes. En esta nueva gira ‘Electric Tour’, el director creativo será Es Devlin, responsable de la clausura de las Olimpiadas de Londres, donde todo el estadio de Wembley coreó el ‘West End Girls’, el primer hit de PSB.

En lo musical, poseen amplio bagaje y se han rodeado también de productores muy apropiados para su estilo y de remezcladores rompepistas. Gente como Shep Pettibone, Craig Armstrong, Julian Mendelsohn, Trevor Horn (fundador de The Buggles), Stuart Price, David Morales o Franckie Knuckles, estos dos últimos gurús de la escena house y garage de Nueva York.

Ese elenco de colaboradores les sirvió para mantener el pulso de la calle y los ritmos de la noche. Después de más de tres décadas con el listón elevado y una docena de discos al llombu, aún son capaces de sorprendernos con un álbum del poderío de ‘Electric’. No es casual que haya triunfado en el Reino Unido y Alemania, cuna y epicentro de la escena electrónica europea. Basta escuchar las bases de algunos cortes del disco para comprobar que los chavales están al día.

Para ser rigurosos, convendría reconocer que algunas de sus canciones se quedan a cinco minutos de lo hortera, algo inevitable en un género tan resbaladizo como la música disco. Pero en directo ofrecen siempre un repertorio muy bien tirado, que camufla los gatillazos pasteleros.

«No soy una estrella del pop gay, solo un artista que resulta ser gay», declaró hace dos años el cantante Tennant, en una atinada puntualización. El grupo ha sufrido a lo largo de su carrera algún que otro menosprecio de homófobos irredentos o cavernícolas de oreya por su condición homosexual. Su rebelión llegó en forma de música hedonista y abundantes dosis de provocación. En su ‘Discovery Tour’ de 1994, plantaron una jaula sobre el escenario con dos hombres dentro semidesnudos y acariciándose, lo que causó un gran revuelo en países talibanes.

Más mordaz resultó la canción ‘The Night I Fell in Love’, del disco ‘Release’ (2002), que narra la relación homosexual entre un fan y su estrella favorita, y donde aparecen mencionados Stan y Dre, identificados como el machito rapero Eminem y su mentor, el admirable Dr. Dre. El primero reaccionó aludiéndoles en el tema ‘Can I Bitch?’, aunque tampoco se entiende muy bien lo que quiso decir.

Otra forma de transgresión fue llevar a su terreno los temas más insospechados. Canciones como ‘Always on My Mind’, considerada como la mejor versión de la historia, tras la de Elvis Presley; ‘Where the Streest Are No Name’, de U2, o ‘The Last to Die’, de Bruce Springsteen, en su nuevo trabajo.

Poseen una imagen que les identifica al instante, otro elemento básico de lo ‘cool’. Y la voz de Neil Tennant es más reconocible que un coro de capones. Como curiosidad, aseguran gentes muy doctas en la lengua de Chesterton, que los Pet Shop Boys poseen una dicción impecable, lo que denota que no pasaron fame. Su clase e inteligencia se vislumbra en cualquier aparición pública.

¿Y qué decir de su legado? Doce influyentes álbumes de estudio y un buen puñado de temas redondos. Proyectos audaces como el musical ‘Closer To Heaven’ (2001) o la banda sonora del filme ‘El acorazado Potemkin’ (1925), del soviético Serguéi Eisenstein, e incontables colaboraciones, desde Liza Minelli, Dusty Springfield o Ennio Morricone hasta el fugaz paso por Electronic –la banda de Johnny Marr (The Smiths) y Bernard Sumner (New Order)– o el cameo con Michael Nyman en ‘Electric’.
Con ustedes, la banda más ‘cool’ del planeta.

 

 PET SHOP BOYS EN LA MORGAL EN 2000

El concierto de Pet Shop Boys en La Morgal en 2000 fue de lo más salvable de un Festival Doctor Music que adelgazó su cartel inicial –del que se cayó el exLed Zeppelin, Robert Plant– y que no llegó ni a un tercio de las expectativas de asistencia. Los británicos presentaban su álbum conceptual ‘Nightlife’, que incluía varios temas marca de la casa, como la deliciosa ‘You Only Tell Me You Love Me When You’re Drunk’. En aquel disco habían colaborado la cantante Kylie Minongue en ‘In Denial’ y cotizados productores como Craig Armstrong, Rollo Armstrong o el housemaster neoyorquino David Morales.

Para la puesta en escena de aquella gira, el dúo recurrió a la afamada arquitecto Zaha Hadid. La anglo-iraní diseñó un escenario modular, que se amoldaba a las diferentes coreografías, que revivían el mundo de la noche y los clubes underground, además de la estética punk, la nueva ola o el mundo samurai y kabuki. Los visuales fueron también muy vanguardistas y el sonido, magnífico.

El dúo, con su habitual sobriedad escénica, intercaló los cortes de su último álbum con clásicos imperecederos como ‘West End Girls’, ‘Being Boring’, ‘What Have I Done To Deserve This?’ o ‘It´s a Sin’. La apoteosis de aquella mágica noche estival llegó con la versión de ‘Go West’, del grupo de música disco de finales de los setenta Village People, con los bailarines ataviados con la indumentaria característica de aquella banda icónica de la escena gay americana.

ELECTRIC

 

 

 


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